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kanaima

Extrapolación

Hay tardes en las que todos los colores imaginables que van desde el dorado al plateado se conjugan en una sola gota de agua y se multiplican por todo el mar Mediterraneo.

En esas tardes, uno siente deseos de eliminar cualquier impureza del mar. La mierda, en esas tardes, no se ve. Pero uno no puede dejar de saber que está ahí.

Esas tardes, uno quisiera decirlo.

Esas tardes, uno no se atreve. O está rodeado de sordos. 

2 comentarios

zenia -

Hola Kanaima. Estas crónicas urbanas me enseñan muchísimo de otra realidad diferente a la mía. Jamás he visto a nadie vendiendo hachís, ni mi hija tampoco. Triste.Duele.

Pagana -

Pero hay que decirlo igual, uno nunca sabe cuando alguien esta despertando de la sordera...
Un beso grande