Bienvenidos a la Costa del Sol

Me siento a la puerta del Pimpi, mis compañeros llegan tarde. Un perro se acerca a olisquearme mientras una pareja toca la flauta y pide algunos centimillos sueltos. El hombre se encuentra frustrado y se me acerca para conversar sobre las dificultades laborales del gremio: "Hoy es un mal día para pedir, ¿no?". Tiene razón. Se aleja deseándome suerte.
Hacemos dedo en pleno centro de Málaga, y no pasa un solo taxi libre, y el último bus no lo cogimos. Una amiga recoge pascuero en el parque y nadie se para a llevarnos. Dos jóvenes borrachos hacen sangre con sus insultos a una tercera persona ausente, y tras ellos la publicidad comercial: ¿Hablamos de Navidad?
0 comentarios