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kanaima

Monopolio de la violencia legítima

Desde el 12 de agosto a las 10 de la noche hasta ayer, 21 a las 2 de la tarde (descontando 8 horas de sueño y una media de 2 horas de transporte) me la he pasado en la Feria de Málaga currando en la caseta de la Juventud Comunista, el Zona Roja (ver foto más abajo). No he podido entrar apenas en internet ni ponerme al tanto de que pasaba en el mundo.  Me he tenido que contentar con observar el micromundo que es el Real de la Feria y, más concretamente, ese guetto llamado por el Ayuntamiento derechista "Zona de la Juventud", que no deja de ser una calle sin ley llena de chavales hasta arriba de pastillas y policías moqueando cocaína.

¿Y que se observa? Pues que durante el montaje de la caseta grupos neonazis nos llenan el Zona Roja de esvásticas, cruces célticas y mensajes de amor del estilo "Rojos al Paredón" o "Guarros vaís a morir". Entra dentro de la moda decorativa de las calles de Málaga, por cuyas calles se puede leer frases como "Ningún rojo con cabeza", "Stop Inmigración" y demás perlas de las letras hispanas. Mezclamos la visión de las pintadas con los recuerdos de un grupo de neonazis que nos sacaron una navaja y nos amenazaron unas semanas antes y decidimos ponernos en contacto con el subdelegado del gobierno y con la jefatura de la policía para que eviten cualquier agresión de esta gente. Y bien, durante la feria no sufrimos ataques de ninguna banda ultraderechista hasta que el sábado la policía local nos cierran la caseta ("se ha visto a gente fumar porros dentro"), es decir, cierran por 24 horas una de las pocas casetas en las que no se venden drogas químicas ni hay duelos a navajas en el guetto de la juventud.

En fin... vamos a tomarnos las cosas con las buenas, pensamos. Nos turnamos para salir de la caseta y confraternizar con la sociedad. Mientras estamos dentro pues nos bebemos las botellas para evitar que se pierda el dinero invertido en ellas y soportamos como podemos el reguetton de la caseta de al lado (no basta con que hayan 4 personas tan solo en la caseta y la puerta esté sellada con candado y cadena, la clausura también nos impide poner música). Son cerca de las 6 de la mañana, hora legal de cierre, y la policía se suele pasear clausurando casetas. Un compañero está subido al equipo de música diciendo incoherencias graciosas cuando un buen grupo de la policía se presenta en la puerta, comienza a gritar y a agitar las verjas. Alguién va a abrir el candado y es golpeado en la nariz que comienza a sangrar. La policía nos ordena cerrar la caseta ("esta cerrada" "no, no lo está"... el candado, la puerta y la ausencia de música no son argumentos validos para las fuerzas del orden). Vamos tras ellos para identificarles. Tras mucho perseguirles y verles golpear a jóvenes y llevar siempre la porra fuera (están interviniendo) conseguimos hablar con ellos. Tienen las pupilas dilatadas y algunos llevan el número de placa tapado, nos cuesta que nos lo digan. El jefe de la unidad era el agente 007 (no es coña).

El día anterior a que esto ocurriera la caseta de El Militante fue atacada, y antes un joven fue golpeado por, digamos, una estética "izquierdista" (una camiseta de Reincidentes, vaya). Y los clausurados somos nosotros, manda huevos. El año pasado la caseta "Rincon Cubano", llevada por el PCE, fue cerrada también 24 horas por no disponer de suficientes mesas y sillas y no contar con luces "familiares".

Un amigo me dijo el domingo: Si no quieren que hagamos demagogia con el argumento "es que van a por los rojos" que disimulen, joder.

Perdon el cabreo, pero montar la caseta para conseguir dinero para llevar a cabo campañas políticas es un tunte bastante grande, y es que como dice la canción "Hay cosas que joden. 

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