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kanaima

Maravillas de la sociedad democrática

Se puede tener opinión. No expresarla.

Se puede hablar. No decir.

Se puede votar. No elegir.

Se puede mirar. No opinar.

Y si te saltas alguna norma, maldito antidemócrata, a la carcel. Porque la libertad está bien, pero sin pasarse. ¿Levantar banderas republicanas en una visita del príncipe? Libertinaje.

Cuando estaba en el instituto, un día mi hermano llegó a mi casa y, en secreto, me enseñó unos carteles. Los carteles convocaban a una manifestación republicana el mismo día en el que el rey visitaba Málaga. Me dijo que los pusiera en el instituto, pero sin que nadie me viera. Me hizo algo de gracia y hace seis años tenía su toque romántico el hacerme pasar por luchador clandestino. Tenía razón.

Este mes dos militantes de la Juventud Comunista han sido detenidos, golpeados, han pasado la noche en un calabozo. Dicen que la chica se orinó varias veces encima de puro miedo. Cuando salieron de la celda, estaban magullados. Habían cometido el imperdonable crimen de ondear una bandera democrática, la bandera de la República Española, peligrósamente cerca de sus altezas.

Cada día, se escuchan en televisión y se leen en periódicos a grandes líderes políticos congratularse por el afianzar nuestra sociedad libre, plural y democrática.

1 comentario

Zenia -

Los cuentos de la democracia, esa que golpea a una chica.
¡vaya¡, y eso es lo que nos quieren vender. Por eso no queremos comprar.