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kanaima

Qué trajeron los inmigrantes

Una canción para la sobrina,
una casa que no acaba de construirse nunca,
un papel que nunca llega,
una pared blanqueada,
un brindis con cerveza,
una mano destruida por la tortura,
un sueño que nunca nos despierta,
unos discos viejos de Argentina,
un baile de Colombia,
unas arepas en el horno,
un sancocho en días de resaca de invierno,
una flauta sonando en la utopía,
un sonido de percusión en una esquina,
una pulsera de caña,
un rostro del Che y otro de Jesucristo, tallados en madera,
una botella de aguardiente,
unos chupitos de tequila,
el resto de cosas que no digo por no palabrear lo sagrado.

1 comentario

eva -

mira que yo me emociono poco, pero...el moco está luchando por salir! no conocía esa incursión tuya en la poesía y de verdad que me ha dejado impresionada. Es muy bonito eso que has escrito.