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kanaima

Todo está bien

Todo está bien Así que no te preocupes. Ya comenzó la cuenta atrás para la Navidad. Mañana a la noche nace el hijo de Dios en un pesebre rodeado de mierda a los cuatro costados. Tuvo suerte. En donde nació, hoy, más que mierda hay cadáveres y llamas. Y Herodes, ese salvaje que asesinaba niños, hoy se llama Sharón, y ayer se llamó Peres, y...
Pero no te preocupes. Es Navidad, y es tiempo de maratones solidarios y darle limosna a los mendigos en las calles. Incluso, en fechas como estas, se les puede mirar a la cara y retener en nuestra mente su rostro por unos segundos. Al menos hasta que nos sentemos a la mesa del banquete para brindar por la paz en el mundo aunque nuestro lujo se asiente sobre decenas de guerras esparcidas por todo el planeta.
Pero tú tranquil@. Encienda la calefacción y pónganse con toda la familia a ver la programación navideña, alguna historia más bien absurda de fantasmas de las navidades pasadas que en marzo nos haría vomitar pero que ahora resulta extrañamente entrañable. Y si se cuela la noticia de los inmigrantes muertos en el estrecho haga un gesto de pena, que parezca que quien ha muerto le era tan cercano como su perro, y suba la temperatura de la calefacción.
Pero no pasa nada. Si algún sobrino impertinente tiene el mal gusto de comentar en la cena los últimos muertos en iraq, usted hinche el pecho, recuerdele que para solidaridad usted el primero y que el año pasado estuvo incluso en una de las manifestaciones contra la guerra. Que quede claro que usted ha cumplido con esos moritos. Y que, que coño, bastantes problemas tenemos aquí para preocuparnos más.
Pero no se inquiete. Compre regalos, consuma, que se note que usted es generoso. Que quede claro que se preocupa por sus prójimos con esos detallitos. Por supuesto, antes de envolver el regalo acuerdese de arrancar la etiqueta que muestra el precio de su generosidad y que su generosidad es cortesía de los menores encerrados en maquilas en algún punto del sureste asiático o de Latinoamérica. Que nadie valore el precio en euros de su desprendimiento.
No se preocupe. Es Navidad, y el mundo gira más generoso en estas fechas.

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